Compañeras y Compañeros:
Mensaje de la Asociación Americana de Juristas en el Día de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 2025
La Asociación Americana de Juristas (AAJ) conmemora, hoy miércoles 10 de diciembre, el 77 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en medio de una escalada inédita de desprecio por el derecho y el orden internacional alcanzado luego de la segunda guerra mundial, manifestado por la principal potencia occidental y sus aliados, tanto en sus discursos como en sus acciones.
Ante este escenario, se hace imprescindible sostener y reclamar la vigencia de los principios y objetivos que rigen a la AAJ, estos son: la lucha por la autodeterminación de los pueblos, la plena independencia económica y la soberanía del Estado sobre sus riquezas y recursos naturales; la acción contra el imperialismo, el fascismo, el colonialismo, el neocolonialismo y contra la discriminación racial, de la mujer, los pueblos originarios y minorías nacionales; la defensa de la paz efectiva basada en el principio de la coexistencia pacífica entre estados de diferentes sistemas sociales y económicos; la defensa y promoción de los derechos humanos; la denuncia de las legislaciones que niegan nuestros principios; el establecimiento de relaciones fraternas con juristas afines a nuestros principios; la movilización de juristas de los países americanos a fin de participar activamente en los procesos de cambios socioeconómicos y justicia social; la defensa del ejercicio de la abogacía, así como la solidaridad con los juristas perseguidos por su acción en pro de los principios aquí expresados.
Quienes integramos esta asociación, debemos confrontar todos los días -a causa de factores y agentes diversos- la destrucción de esas estructuras de derechos, que tanto ha costado construir y plasmar como derecho positivo, y ello, nos coloca frente a una posible y pronta destrucción civilizatoria, que no podemos permitir. No tenemos opción.Ante esta necroeconomía, que intenta imponer una necropolítica para decidir quienes viven y como mueren grandes mayorías, es esencial tener presente que el poder hegemónico solo se consolida con la sujeción, con el sometimiento psíquico y espiritual de los dominados.Pero entre nosotras y nosotros nadie se ha sometido. No estamos vencidos, y debemos organizar la resistencia.
Nuestra organización, durante sus 50 años de vida, ha roto otro mito: que solo sobrevive el más fuerte. Sin ningún tipo de financiamiento, más que nuestro voluntariado, la AAJ ha servido a la causa de los pueblos libres, y lo sigue haciendo.Al igual que la humanidad, ha sido mediante la cooperación y los mutuos cuidados de la condición humana que hemos superado los periodos más oscuros.
Nuestros antecesores lucharon por la construcción de un derecho internacional y nacional que asegure la coexistencia pacífica en los pueblos, las condiciones dignas de vida, el derecho a sus bienes comunes y, en síntesis, bregaron por un sistema que asegure el derecho al desarrollo sustentable de quienes los integran.Las siguientes generaciones -hasta hace poco tiempo- batallaron por la progresividad en la aplicación de las políticas públicas que consagren esos derechos.
Nos toca aquí y ahora, ante la pretendida destrucción de orden internacional y los sistemas de protección, organizarnos cooperativa y fraternalmente, para luchar por exigir la plena efectividad de los derechos consagrados Pero para ello, ante la actual coyuntura, estamos obligados a dialogar, escuchar, acompañar y asistir a los actores sociales. Esta vez, la tarea deberá realizarse en las aulas y en la academia, pero también en los tribunales nacionales e internacionales, con los sindicatos, con los trabajadores de la economía popular, con las organizaciones sociales, los pueblos originarios, las organizaciones feministas, etc.
Será, enfrentando una guerra hibrida de nuevo orden: una guerra que es cognitiva y tecnológica, judicial, económica y financiera y, como siempre, la amenaza y agresión bélica que sufren muchos pueblos de la región y del mundo.
Por ello, seguiremos exigiendo activamente, el cese de la agresión armada unilateral de Estados Unidos contra Venezuela y los países del Caribe, así como el fin del bloqueo a Cuba y la efectiva condena a las medidas coercitivas unilaterales implantadas por las potencias de occidente, verdaderos genocidios “por goteo” (parafraseando a Zaffaroni), al igual que políticas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y la depredación de los recursos estratégicos de los países sometidos al poder central. Como en nuestro nacimiento, reclamamos para el pueblo Panameño la soberanía de su Canal, libre de toda intromisión, y el respeto por los derechos humanos del pueblo salvadoreño, nuevamente víctima de una guerra interna.
Seguiremos bregando por la recuperación de verdaderas democracias, que se encuentran profundamente deterioradas como en Ecuador, Perú y Argentina fruto de la dominación de grupos económicos especulativos y depredadores, y en el caso del primero, también por el narcotráfico. Continuaremos exigiendo y construyendo la verdadera independencia judicial y de la abogacía, la libertad de todos nuestros presos y presas políticas fruto del Lawfare; y el respeto por los sistemas democráticos de los países de Latinoamérica violentado por la pública y ostentosa injerencia por parte del gobierno de Estados Unidos en asuntos internos como por ejemplo en Brasil, México o Colombia, y en recientes procesos eleccionarios como en Argentina, Ecuador, Honduras y Chile, tal como lo hemos denunciado en los respectivos informes de las misiones electorales realizadas.
Como siempre, defenderemos los derechos de los migrantes, los derechos de género especialmente atacados por los nuevos regímenes fascistas; estaremos junto a las comunidades originarias para rechazar toda vulneración a los derechos que el orden internacional les ha reconocido. También, junto a pueblos de otros continentes, como son el Sáhara Occidental y Palestina, reclamando su libertad y su derecho a la vida ante el brutal genocidio. Siempre con la bandera de la Memoria, Verdad, Justicia y Reparación.
No hay paz, sin justicia social, económica y ambiental. Con una resistencia organizada, humanista, y solidaria, con una Latinoamérica y el Caribe como Zona de Paz, venceremos.Somos plenamente conscientes que no será fácil, pero tenemos el inmenso privilegio de estar juntos.
10 de diciembre de 2025
Fraternalmente,Claudia Rocca
Presidenta AAJ Continental